TERAPIAS GRUPALES
Las terapias grupales, también conocidas como grupos de ayuda mutua, constituyen una modalidad de intervención en la que varias personas se reúnen con el objetivo de compartir vivencias, apoyarse mutuamente y abordar sus dificultades emocionales o psicológicas. Estas sesiones se desarrollan bajo la orientación de profesionales especializados que facilitan el proceso, fomentando la participación, el aprendizaje colectivo y el crecimiento personal.

Se pretende crear un espacio de apoyo y confianza en el que los participantes puedan compartir sus experiencias y emociones de manera libre. Para las personas con EM, este entorno ofrece la oportunidad de sentirse acompañadas en su camino, reducir la sensación de aislamiento, escuchar distintas vivencias y adquirir estrategias útiles para afrontar la enfermedad de forma más positiva.
Todas las sesiones son conducidas por profesionales especializados, quienes se encargan de orientar las dinámicas del grupo, aplicar técnicas terapéuticas adecuadas y velar por que se mantenga un clima de respeto, confidencialidad y seguridad emocional para todos los participantes.

OBJETIVOS
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Fomentar el apoyo emocional mutuo entre los participantes, promoviendo un sentido de pertenencia y comprensión compartida.
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Reducir la sensación de aislamiento.
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Facilitar la expresión de emociones relacionadas con el diagnóstico, la evolución de la enfermedad y sus consecuencias personales y sociales.
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Favorecer el desarrollo de estrategias de afrontamiento eficaces para gestionar el estrés, la ansiedad, la incertidumbre y otros desafíos emocionales vinculados a la EM.
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Promover el intercambio de experiencias y recursos útiles.
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Reforzar la autoestima y la confianza personal.
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Desarrollar habilidades sociales y de comunicación, fortaleciendo la capacidad de pedir ayuda, poner límites y establecer relaciones más satisfactorias.

BENEFICIOS DE LA TERAPIA
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Sentirse acompañado/a: conectar con otras personas que atraviesan situaciones similares, reduciendo la sensación de soledad.
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Expresar emociones libremente: hablar de miedos, frustraciones, dudas y esperanzas, sin juicios.
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Aprender de las experiencias de otros: escuchar cómo otras personas afrontan la enfermedad puede aportar nuevas ideas, recursos y perspectivas.
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Fortalecer el ánimo y la autoestima: compartir logros y dificultades ayuda a valorarse más.
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Desarrollar habilidades de afrontamiento: trabajar estrategias prácticas para gestionar mejor el estrés, la ansiedad, el dolor o los cambios de ánimo.
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Mejorar la comunicación y las relaciones: favorece la escucha activa, la empatía y la expresión de necesidades de forma más asertiva.
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Favorecer la adaptación a los cambios: compartir vivencias facilita la aceptación del diagnóstico y la adaptación a nuevas realidades personales y sociales.