
Reconocer adecuadamente un brote es fundamental para establecer el tratamiento más adecuado.
Sin embargo, no siempre es fácil identificar si los síntomas corresponden realmente a una recaída, si se trata simplemente de un "mal día" o si están relacionados con otro problema de salud no vinculado a la Esclerosis Múltiple.
Incluso para los profesionales médicos, puede resultar complejo diferenciar entre un brote real, síntomas paroxísticos o una pseudoexacerbación.
La Resonancia Magnética es la única herramienta que permite confirmar la existencia de nuevas lesiones, aunque no siempre resulta necesaria.
En la mayoría de los casos, será el neurólogo quien valore la situación y determine el abordaje más adecuado, teniendo en cuenta su experiencia y el impacto que los síntomas puedan estar teniendo en la calidad de vida de la persona con EM.