¿Qué son?

Se trata de pruebas en las que se colocan pequeños electrodos en el cuero cabelludo para medir cómo responde el Sistema Nervioso Central a distintos estímulos sensoriales, como sonidos, imágenes o sensaciones táctiles. Estas pruebas permiten evaluar la velocidad y la fuerza con la que se transmiten los impulsos nerviosos.

Son procedimientos no invasivos, generalmente bien tolerados por la mayoría de las personas. Su utilidad principal es detectar posibles daños en la mielina que no hayan sido evidentes mediante otras exploraciones.